"La intención se mide por el resultado"

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jueves, 9 de septiembre de 2010

Face to face vs. virtualidad

Una experiencia propia puede generar cuestionamientos, interrogantes o, bien, ser el puntapié para la búsqueda de respuestas.
Este mundo web 2.0 convoca a las personas a ser testigos y actores de nuevas experiencias constantemente. En muchas oportunidades, cuando nos damos cuenta, ya estamos dentro y somos participantes. De esta forma, el avance de las redes sociales nos conduce a ser y estar inmersos en una “cibercultura”.
Dentro de la misma, los roles rotan y enrocan sin control ni orden estricto. El modo en que alcanzan uno u otro papel se caracteriza por la virtualidad. Es decir, las personas le dan vida a la cultura de forma virtual. El face to face se desvanece. El sueño americano de que las nuevas tecnologías fueran herramientas de comunicación parece lejano ya que, en cierta medida y paradójicamente, provocan el proceso contrario: la incomunicación.
Cada sujeto, a través de una red social, logra conocer a otros sin conocerlos. Un claro ejemplo, ya varias veces utilizado como objeto de estudio, es el de los amigos de Facebook, los cuales están enterados sobre que estás haciendo y/o pensando, y en muchos de los casos, nunca se vieron personalmente.
Una característica a tener en cuenta es la popularidad a obtener, la cual se manifiesta con la cantidad de firmas en el Fotolog, el número de amigos de Facebook o los seguidores de Twitter. La notoriedad en las redes sociales, en algunas ocasiones, es reutilizada por el marketing empresarial. Primeras marcas eligen a representantes del ciberespacio para promocionarse.
Este fenómeno social de compartir charlas, sentimientos y opiniones desde lo virtual se expande a grandes pasos y se traslada al núcleo familiar. La dinámica podría describirse de la siguiente forma: el niño/adolescente se comunica y juega con sus amigos a través de una computadora, mientras que, el contacto con los padres es casi nulo. Por otra parte, si los jóvenes logran un contacto cara a cara con otros pares, la comunicación con los adultos será por medio de un mensaje de texto. Por consiguiente, toda la dinámica social (o en su gran mayoría) se produce de un modo virtual.
Mi experiencia directa de este suceso fue la ”Twitter Buenos Aires 5” #TWBA5 donde cada uno de los invitados a la reunión comentaban en su timeline la llegada al evento pero ninguno interactuaba face to face con otros participantes. Desde una mirada psicológica, el ambiente era histérico, ya que cada uno compartía un mismo espacio físico pero muy pocos eran capaces de renunciar al coqueteo en el mundo virtual.
La aventura me hizo plantear interrogantes. Por el momento, logré exponer el panorama pero… ¿hacia dónde vamos?

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